Independientemente de su origen, las proteínas son sumamente esenciales para el organismo, por cuanto contribuyen a construir y reparar los músculos, los tejidos y otros órganos, e intervienen en numerosos procesos biológicos. Están integradas por aminoácidos, que son sus estructuras básicas, de los que necesitamos 20 para que el organismo funcione correctamente. El problema es que este únicamente es capaz de sintetizar la mitad aminoácidos no esenciales, mientras que los restantes, aminoácidos esenciales, debemos proveérselos a través de la dieta.
Ambos los encontramos indistintamente en los alimentos de origen animal, como los huevos, la leche o el queso, y de origen vegetal, principalmente las verduras, las legumbres, los cereales y las frutas; si bien es cierto que el perfil de aminoácidos varía entre las proteínas vegetales y animales. Cuando se come, la proteína se descompone en aminoácidos. Las proteínas y los aminoácidos se utilizan para casi todos los procesos metabólicos en el cuerpo. Sin embargo, diferentes proteínas pueden variar mucho en los tipos de aminoácidos que contienen. Mientras que las proteínas animales tienden a contener un buen equilibrio de todos los aminoácidos que necesitamos, algunas proteínas vegetales son bajas en ciertos aminoácidos. Los primeros son más completos y cubren mejor las necesidades nutricionales, de ahí que se las conozca como proteínas de alto valor biológico.
Los principales beneficios de las proteínas animales son:
- Minimizan el riesgo de enfermedad cardíaca.
- Mejoran de los niveles de colesterol y la pérdida de peso.
- Aumento de la masa muscular magra y reducción de la pérdida muscular que se produce con la edad.
Los principales beneficios de las proteínas vegetales son:
- Aportan aminoácidos para la regeneración y el crecimiento muscular.
- Están libres de colesterol, ya que este solo se encuentra en los alimentos de origen animal.
- No tienen lactosa.
- Son de digestión fácil, por lo que te permitirán olvidarte de las posibles molestias estomacales.